Desarrollo sostenible
Tendencias 2025: ¿Qué materiales sustentables están liderando el mercado de la construcción?

La industria de la construcción es responsable de cerca del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero y, en un contexto global marcado por la necesidad urgente de reducir la huella de carbono, el mercado se ve forzado a reinventarse. En 2025, la respuesta se traduce en una palabra clave: sustentabilidad. Y esa transformación empieza desde el principio: los materiales.
Repasamos los materiales sustentables que están marcando tendencia este año en Argentina y el mundo, con foco en su aplicabilidad real en proyectos locales.
Hormigón reciclado
Esta técnica aprovecha escombros de demoliciones para crear nuevos bloques. No solo reduce residuos, sino que disminuye el uso de recursos naturales vírgenes. En Argentina, su uso crece en obras públicas y pavimentos urbanos.
Madera estructural certificada
La madera vuelve con fuerza, pero esta vez bajo normas internacionales de manejo forestal responsable. Se valora por su capacidad de absorber CO2 y por ser renovable. Proyectos en la Patagonia ya exploran su uso a gran escala.
Ladrillos ecológicos
Fabricados con tierra y cemento, o incluso residuos plásticos reciclados. Ofrecen buen aislamiento térmico y reducen el impacto ambiental de la producción tradicional de ladrillos cocidos.
Paneles y sistemas industrializados
Además de su eficiencia energética, permiten reducir el desperdicio de materiales y acelerar los tiempos de obra. Algunos desarrollos sustentables en Córdoba y Mendoza ya los adoptan como estándar.
Aislantes naturales
Aunque no lo creas, la lana de oveja, celulosa reciclada y corcho están reemplazando a productos más contaminantes como el poliestireno expandido. Son biodegradables, locales y altamente eficientes.
Si bien estos materiales son tendencia, su adopción masiva en Argentina aún enfrenta barreras: falta de normativas específicas, escasa disponibilidad local, y resistencia del sector tradicional. Sin embargo, el impulso viene de la mano de los desarrolladores más innovadores, que ya entienden que construir verde no es una opción, sino una necesidad.
Los próximos desafíos estarán en medir con precisión el impacto ambiental de cada etapa de obra, incorporar certificaciones internacionales y capacitar a los equipos técnicos.