Sector Inmobiliario
Ciudad de Buenos Aires: ¿Qué cambiará con el nuevo Código Urbanístico?
La Legislatura porteña aprobó la modificación al Código Urbanístico (CUR) de la Ciudad de Buenos Aires. Con 32 votos afirmativos, el proyecto avanzó en su primera lectura en una sesión que tuvo que postergarse dos veces por la inesperada aparición de la denominada “ley Francella”, un artículo que no se había acordado en la Comisión de Planeamiento. Finalmente desistieron de su inclusión para destrabar el debate.
La norma, propuesta por el jefe de Gobierno Jorge Macri, apunta a ordenar el desarrollo de la Ciudad, haciendo foco en potenciar el crecimiento del sur porteño, en donde se esperan inversiones y la modernización de las comunas 4 y 8 con proyectos inmobiliarios.
La polémica en la previa a la aprobación se desató cuando los legisladores recibieron un borrador distinto al que había obtenido dictamen el viernes pasado. En esta nueva versión se sumó un requerimiento que obligaba a destinar “una unidad de uso a vivienda para el encargado del edificio”, según constaba en el artículo 14. Afectaba a torres con 25 departamentos o más.
Si bien lo que se llamó “ley Francella” no llegó a ser puesta en consideración dentro del recinto, sí hubo otro cambio relevante de último momento. El artículo 1 de la reforma habilitó al Ejecutivo a que desde ahora el Código Urbanístico sea actualizado cada ocho años, y no cada cuatro como preveía la ley hasta hoy.
La modificación generó quejas durante el debate. “Pretenden un Código Urbanístico que va a regir el futuro de nuestra ciudad por cuatro años, aunque acabamos de enterarnos que va a ser por ocho años. Nos enviaron la última versión hace solo una hora y media, y es totalmente diferente al dictamen que se aprobó, y distinta a la que recibimos esta mañana. Los cambios llegaron sin tiempo para analizarlos, no es serio”, planteó en su discurso María del Pilar Ramírez, jefa del bloque de La Libertad Avanza.
“No puedo creer que tengamos que resolver la planificación de una de las ciudades más importantes del mundo de esta manera, a las apuradas”, fustigó la legisladora libertaria.
El CUR es una ley de doble lectura. Esto quiere decir que con la aprobación general que ocurrió -con 32 votos positivos, 6 negativos y 19 abstenciones-, el proyecto pasará por una serie de audiencias públicas en la que se pueden introducir nuevas modificaciones. Una vez que termine ese proceso, el Código llegará una vez más a la Legislatura para votarse definitivamente.
Qué cambiará con el nuevo Código Urbanístico
El primer eje del proyecto es fomentar el desarrollo en la zona sur de la Ciudad a través de un sistema de incentivos. “Hay una gran disparidad entre el norte y el sur. El sur, que muchos consideran poco atractivo, representa una aspiración para quienes viajan tres horas para llegar a la Ciudad. Imaginar vivir en Parque Patricios, Barracas o Soldati es muy positivo”, afirmó Jorge Macri en agosto, cuando defendió el proyecto ante desarrolladores en la Expo Real Estate.
Quienes construyan determinada cantidad de metros cuadrados en las comunas 4 y 8 van a ser “recompensados” con el permiso para edificar sobre la misma extensión en otros barrios más rentables, como lo son los del norte porteño.
El proyecto contempla además preservar el equilibrio en cada barrio: aumentar la densidad en las avenidas y respetar así la identidad hacia adentro de cada uno de los barrios de casas bajas. Y, finalmente, el equilibrio en las manzanas.
El nuevo Código resguarda los pulmones actuales de las manzanas y busca que donde haya nuevas construcciones se garantice la mayor amplitud posible de estos espacios. Para esto, hay una serie de limitaciones que tendrán los desarrollos para la extensión de las edificaciones en la profundidad de cada lote.
El plan del jefe de Gobierno los considera un activo de la Ciudad porque son reservas ambientales que mejoran la calidad de vida de todos los porteños, según entienden desde el oficialismo.