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Sector Inmobiliario

Aumentan los inmuebles usados y promedian los 2000 dólares el m2

21/08/2016 - Acompaña las subas de los nuevos, que en un año tuvieron alzas del 37% en el costo de la construcción.

ARGENTINA.- El precio de los departamentos usados en la Ciudad aumentó en el último año un 7% y ya promedia los US$ 2.000 por metro cuadrado. El valor de los inmuebles soportó los años del cepo cambiario y la caída notable en las compraventas. Así, los números parecen darle la razón a un lema que para muchos es una verdad incuestionable: “El ladrillo es la inversión más segura”.

El dato corresponde a un informe publicado por la consultora Reporte Inmobiliario. Para los departamentos de dos y tres ambientes en buen estado, el metro cuadrado cotiza en promedio US$ 1.945,60. En la última década el valor aumentó un 120%, incluso pese a la recesión.

Las diferencias son muy notables entre zonas. En los barrios más devaluados, como Constitución o La Boca, el promedio ronda los US$ 1.520 por metro cuadrado, pero en los sectores más cotizados de Recoleta alcanza los US$ 2.850, más de lo que puede costar un metro cuadrado a estrenar en Caballito, por ejemplo.

El fenómeno tiene diversas explicaciones. La primera, la necesidad de que los departamentos usados acompañen el aumento en el precio de los nuevos. “Hace un año el dólar blue estaba en los $ 15, más o menos lo mismo que el tipo de cambio actual. Pero los costos de construcción aumentaron un 37% en el mismo plazo. Al aumentar el precio del metro cuadrado a estrenar también sube el del usado”, explicó José Rozados, de Reporte Inmobiliario. En el mercado comentaron que, como reciclar se volvió más caro por los costos de mano de obra y materiales, el hecho de que un departamento esté en buen estado se hace valer más que nunca.

Un segundo factor que influye es el cambio de expectativas en el mercado, porque se empieza a notar de a poco una recuperación. De acuerdo a los registros del Colegio de Escribanos de la Capital Federal, en los primeros cinco meses del año se firmaron 13.950 compraventas de inmuebles, un 15,3% más que en igual período de 2015. Esas operaciones se concretaron por un promedio de US$ 100.000 dólares por propiedad. En este sentido, el incipiente aumento en los permisos de construcción de edificios también indica que el optimismo empieza a reverdecer.

Otro elemento que puede haber aportado a mejorar las expectativas son los anuncios de nuevas líneas de créditos hipotecarios ajustados por el salario o por las unidades UVI. La posibilidad de que más gente acceda a préstamos pagables a largo plazo hace que muchos dueños confíen en un aumento de la demanda y sostengan los precios.

El otro factor no está tan atado a las leyes del mercado sino que tiene que ver con una cuestión cultural. Para la gente, el inmueble es un refugio de valor seguro, que da tranquilidad. Esto explica que los precios no se hayan desbarrancado de la mano del juego de la oferta y la demanda, más si se considera la fuerte caída de la actividad en los últimos años: 2015 cerró con 37.392 escrituras, contra las 64.030 de 2011, el último año previo al cepo cambiario.

¿Qué pasará a futuro?, ¿se puede hablar de un cambio definitivo de tendencia? “La sola normalización del mercado, con la salida del cepo, más el avance de los créditos hipotecarios que empiezan a aparecer seguramente dinamizarán los precios. Además, a lo largo del tiempo el dinero fue perdiendo poder de compra, incluso los dólares: un departamento que hace 20 o 30 años costaba US$ 20.000 hoy tal vez vale US$ 100.000. Pero lo cierto es que a la gente el inmueble le da tranquilidad. Si acompaña la economía, creemos que el año que viene se consolidará la tendencia”, afirmó Mariano Oppel, de la inmobiliaria Oppel.

La suba de los precios puede ser una buena señal en términos de mercado, pero es preocupante para los inquilinos, que son nada menos que un 30% de los habitantes de Buenos Aires. Es que los alquileres siguen subiendo, y el sueño de la casa propia se les hace cada vez más lejano. Por eso tanta expectativa en los nuevos esquemas de créditos, que de todas formas podrán popularizarse sólo si con el tiempo la inflación cede definitivamente y las cuotas se hacen accesibles.




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