Créditos Procrear: ¿Fueron una herramienta clave para el acceso a la vivienda?

En tiempos donde la intervención estatal en las políticas sociales está en el dabate político, vamos a hablar del Programa de Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar (Procrear) que fue lanzado por el gobierno de Argentina en 2012 con el objetivo principal de facilitar el acceso a la vivienda propia.

Este programa, según indicaba la comunicación del gobierno de Cristina Kirchner por ese entonces, surgió en respuesta a la necesidad creciente de ofrecer soluciones habitacionales a las familias de clase media y baja, que enfrentaban dificultades para acceder a créditos hipotecarios tradicionales debido a las altas tasas de interés y los requisitos financieros estrictos del sector bancario.

Los objetivos principales del Procrear

El Procrear fue diseñado para cumplir con tres objetivos fundamentales: Facilitar la adquisición o construcción de viviendas mediante créditos accesibles; fomentar a la industria de la construcción como motor de la economía y la reducción del déficit habitacional.

Las diferentes modalidades del Procrear

Es así que el Procrear se estructuró en distintas líneas de crédito, dirigidas a satisfacer diversas necesidades habitacionales. Entre ellas se destacaron la compra de vivienda, la construcción de casas, la refacción y ampliación y el llamado lotes con servicios, que ofrecía la posibilidad de adquirir un lote provisto de los servicios básicos, como agua y electricidad, para luego construir una vivienda.

Además de estas líneas, el programa incluía sorteos periódicos que determinaban las familias beneficiadas, con un sistema que priorizaba el nivel de ingresos y la necesidad habitacional.

Según los que adhieren a la idea de la intervención del Estado en materia de vivienda, el Procrear tuvo un impacto significativo en el acceso a la casa propia, especialmente para los sectores más vulnerables de la sociedad. Según datos oficiales, en los primeros años del programa, más de 200,000 créditos fueron otorgados, lo que ayudó a miles de familias a construir o comprar sus hogares.

Adicionalmente, el programa fomentó la actividad en el sector de la construcción, generando empleo y dinamizando la economía en un momento de necesidad, ya que la construcción de viviendas trae aparejada una demanda considerable de mano de obra, materiales y servicios.

Con el paso de los años, el programa Procrear ha experimentado diferentes ajustes y cambios en sus condiciones. Los distintos gobiernos que sucedieron a su lanzamiento en 2012 lo modificaron para adaptarlo a los desafíos económicos y sociales del país. En particular, durante la gestión 2016-2019, se introdujeron créditos ajustables por UVA (Unidad de Valor Adquisitivo), que indexaban las cuotas según la inflación, lo que generó controversias debido al fuerte aumento de las cuotas en un contexto inflacionario. Durante el 2020 también hubo un relanzamiento, sin el éxito que tuvo en los primeros años.

La clave del debate: ¿Sirvió realmente?

El programa Procrear fue una de las políticas habitacionales más importantes de la historia reciente de Argentina. A pesar de los desafíos y ajustes que ha sufrido a lo largo de los años y las críticas de algunos acerca de que el Estado no debe intervenir de manera directa en la política de vivienda, ha sido una herramienta clave para que miles de familias puedan acceder a la vivienda propia y mejorar su calidad de vida. Además, su impacto en la economía, especialmente en el sector de la construcción, lo convierte en un motor de desarrollo social y económico.