Opinion
Administrar un consorcio es más que realizar tareas administrativas
Administrar es mucho más complejo que solucionar problemas edilicios, tratar con gremios, organizar los trabajos de los encargados, administrar los gastos, pagos, preparar las expensas, etcétera.
Administrar también es mediar y solucionar los conflictos vecinales, que no es un tema menor. Es por eso que la tarea de un administrador de consorcios requiere de habilidades personales y de negociación, pero, sobre todo, de mucha paciencia, ya que las quejas que llegan a una Administración son de toda índole. Por ejemplo, entre las más clásicas, se encuentran las quejas por ruidos molestos de otros vecinos, el mal uso de los espacios comunes y hasta... ¡el aumento a los encargados!
En Anécdotas de un administrador de consorcios recopilo historias reales y de ficción sobre episodios vividos entre los habitantes de una propiedad horizontal y su administrador, una tarea que realizan más de 5400 empresas solo en la Ciudad de Buenos Aires. Al mismo tiempo brindo algunos consejos útiles para mejorar la convivencia en edificios e informo sobre las cuestiones básicas que todo propietario debe conocer acerca de las obligaciones de su administrador.
Algunas de esas cuestiones que vale la pena retomar, son las que tienen que ver con el día a día. Para una buena convivencia es fundamental respetar los espacios comunes y cuidarlos, así como ser tolerante y solidario con los vecinos. En ese sentido, una norma básica es no hacerle a los demás lo que no nos gustaría que nos hagan a nosotros (por ejemplo, no arrojar objetos en patios, balcones, toldos, etc. que pertenecen a otros vecinos, escuchar música a alto volumen en horarios inapropiados, etcétera).
Por otra parte, cabe destacar que la elección de un Consejo de Administración para trabajar en equipo se realiza en beneficio de los intereses del consorcio. Los administradores deben ser nombrados en Asamblea conforme a lo que establece el Nuevo Código Civil y con las mayorías exigidas en su caso.
En tanto, el inquilino o el propietario debe asistir a la Asamblea ordinaria anual, en la cual el administrador debe rendir cuentas de su gestión, presentar el Balance anual, y los presupuestos para el ejercicio siguiente. La participación de los propietarios es fundamental para decidir o no la renovación del mandato del administrador.
Por último, lo más importante es recordar que un vecino es como un pariente: no se elige, hay que aprender a tenerle paciencia y aprender a convivir.
(*) Mariel Kernes es contadora pública nacional, recibida en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Actualmente, trabaja en el área de Riesgo Operacional en una empresa que brinda servicios de tecnología. Anécdotas de un administrador de consorcios, su primer libro, fue editado a través de Editorial Dunken.