Obras y Proyectos
La construcción y la revolución 4.0 que llegó para quedarse
ARGENTINA.- Robótica, Big Data, impresión 3D, nanotecnología, Internet de las cosas. Palabras que resultan cada vez más familiares y que se están incorporando a la vida cotidiana de diversas maneras. En ese sentido, los especialistas anticipan cómo cambiarán estos procesos el paradigma en la forma de construir en el mundo. E un informe que sacó el diario clarín da cuenta de esto que detallamos a continuación.
El concepto Industria 4.0, que tuvo su origen en Alemania para describir sistemas industriales ultraeficientes, se refiere a la interconexión de recursos tecnológicos que comparten e intercambian información en tiempo real. Su gran potencial es la producción personalizada y a demanda.
En ese contexto, la construcción es uno de los sectores más atrasados en todo el mundo. Según el índice de digitalización de McKinsey Global Institute, la revolución digital en la construcción podría expandir el mercado por 1,6 billones de dólares. Dicho de otro modo, el sector en la actualidad tiene un lucro cesante por ese monto extraordinario debido a la ineficiencia de los procesos. “Si pensamos que se construye una pared para luego romperla parcialmente para colocar las cañerías, resulta evidente que se requiere un cambio de mentalidad”, apunta Raquel Ariza, directora del Centro de Diseño Industrial del INTI.
Desde ese lugar, un grupo de profesionales trabaja en la difusión del tema y en el desarrollo de diagnósticos y pruebas piloto para detectar e implementar potencialidades en el mercado nacional.
“En la reciente cumbre del G20 advertimos que tanto la industria como el gobierno, los sindicatos y los programas de educación tiran para el mismo lado. Son cambios demasiado grandes que requieren del trabajo orgánico y sistemático de diversos actores y sus diferentes puntos de vista”, comparte Jorge Ceballos, consultor del Centro de Diseño Industrial.
Frente a este necesario cambio de paradigma, persiste la incógnita sobre cómo se manifiesta esta evolución en los procesos constructivos. Para los especialistas, el nuevo modelo de organización de la producción está orientado a una economía circular, tiene en cuenta todo el ciclo de vida de los edificios y su huella ambiental. La sustentabilidad, en su sentido más amplio, es el paraguas que engloba las mejoras de calidad y eficiencia de producción.
En ese orden, Ariza explica que la prefabricación y la construcción modular son dos acciones incipientes. “El concepto sería sacar del sitio de la obra todo aquello que se pueda producir en fábrica, con las condiciones y procesos controlados que ello implica”. Como ejemplo vale el Núcleo Húmedo desarrollado por la empresa Materiales Compuestos con el asesoramiento del INTI. Consiste en un módulo autoportante integrado por una cocina, baño y lavadero que llegan a la obra con las instalaciones completas para reducir el tiempo de obra de los planes de vivienda social.
La inclusión de sensores de todo tipo se vislumbra como otro de los caminos hacia la digitalización. “Pronto se podrá sensar una estructura para recopilar datos sobre el estado de carga, comportamiento antisísmico, humedad, etcétera. Que luego se podrán utilizar para ajustar software de dimensionamiento de elementos finitos o validar hipótesis de cargas, por ejemplo”, señala Ceballos. Las posibilidades son infinitas.