Obras y Proyectos
La obra pública arrancó y esperan que el efecto se traslade a los privados
ARGENTINA.- Tres semestres debieron transcurrir para que la economía empiece a mostrar signos de recuperación. La retracción de la obra pública iniciada a fines de 2015, y que se profundizó el año pasado, finalmente se logró revertir en los últimos meses. De hecho, los índices de empleo registrado, que por entonces rápidamente mostraron que las grúas habían parado, ya han recuperado los puestos que se habían perdido.
Las empresas grandes son las que empezaron a sentir el repunte, fundamentalmente por su vinculación con la obra pública y porque desarrollan proyectos a largo plazo. “Vemos un cambio en la velocidad de arranque, se había subestimado y las variables estaban distorsionadas. Ahora ya se hizo el trabajo sucio en un contexto que venía difícil, tenemos un escenario de baja de la inflación y las paritarias se cerraron en el orden del 20 %, lo que es positivo”, apunta Santiago Tarasido, Presidente de Criba. Y explica que la empresa sorteó la coyuntura adversa gracias al mix de obra pública y privada que maneja y al volumen de los proyectos, con obras de 24 a 30 meses.
El efecto derrame de la inversión pública va a llegar a las empresas más pequeñas en su rol de subcontratistas. Y se espera que también traccione a la obra privada. Esto ya se empieza a ver en los índices que elabora el Indec, particularmente en el ISAC, que lleva dos meses de guarismos positivos y acumula una suba interanual del 3,8% al mes de abril.
Según la consultora Ecolatina, fundada por el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, la actividad de la construcción acumula en el primer trimestre del año un crecimiento de 2,2 % interanual, impulsada principalmente por la obra pública, mientras que la inversión privada continúa más rezagada. Esto último, lo atribuye principalmente al “persistente atraso cambiario que encarece el costo de construcción en moneda extranjera en relación al precio de venta del metro cuadrado en dólares. “Los costos de la construcción aumentaron 10% en los primeros cinco meses, mientras que el valor de los inmuebles en dólares creció 3,4%”, fundamenta el informe.
Entre los empresarios, las quejas por la presión impositiva se hacen notar. Aseguran que les afecta fuertemente en los costos, al igual que la ligitiosidad. “A pesar de haber bajado la cantidad de accidentes en la obra los costos de las ART se encarecieron del 4 o 5% al 10% y crecieron los juicios laborales”, asegura Tarasido. El titular de Criba también apuntó a la carga impositiva que distorsiona la productividad de las empresas. Según el empresario, el impuesto a los ingresos brutos es el que más afecta al sector porque rompe la cadena productiva: trepó del 1 al 5% en los últimos 10 años.
La ley de Asociación Público-Privada (sancionada a fines de 2016) también podría apuntalar la construcción porque permite compensar el aporte de capital del Estado para encarar inversiones de infraestructura, vivienda o servicios.
Días atrás, el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, declaró que la economía “empieza a crecer” liderada por la construcción. “Vemos un mayo estabilizado, es un piso, y estamos convencidos de que se empieza a crecer, pero no en forma de shock; el año pasado fue de transición y durante el corriente estamos viendo sectores, como construcción, que ya se están moviendo”, aseguró el empresario.
En las plantas industriales se empieza a sentir la inyección de las inversiones del Estado. El Indice Construya, que mide la actividad de once empresas líderes del sector, registró en mayo un aumento del 14,5% respecto a mayo del 2016.
Sin embargo, el mayor movimiento aún no logra compensar la fuerte caída. Diego Rondinella, Gerente Comercial de Vasa opina: “El mercado de vidrio plano para la construcción se encuentra en una lenta recuperación, luego de haber sufrido una importante caída en 2016 solo superada en los últimos 25 años por la crisis del 2001-02, con buen panorama de futuro debido a la estabilización de las variables macroeconómicas”.
Rondinella asocia las perspectivas de crecimiento futuro a los programas de créditos hipotecarios para vivienda y las condiciones de negocios, en el caso de los inversores, para cubrir la demanda de soluciones habitacionales pendientes en el país. “En el sector comercial, en las oficinas clase A, en muchos casos con requerimientos LEED, se encuentra el motor de la demanda”, afirma.
Claudio Moretto, director del Grupo Unicer (fabricantes de ladrillo cerámico) coincide en el escenario: “Este año la actividad estuvo muy por debajo de las expectativas, que si bien siguen siendo positivas, todavía no son visibles en el sector industrial. Esperamos un impulso para nuestra industria, ya que es fundamental para resolver el alto déficit habitacional existente”.
Las expectativas de las empresas empiezan a tener un correlato en inversiones. Vasa tiene un proyecto de ampliación de capacidad de producción de vidrio Float, además de planificar inversiones en la producción de espejos ecológicos y vidrios pintados, vidrios laminados Jumbo (planchas de más 19 m2). Días atrás, se conoció la inversión realizada por la acería Gerdau (182 millones de pesos) para abastecer de energía a su planta ubicada en Pérez (Santa Fe). De ese modo, la empresa de origen brasileño se garantiza el soporte energético para el horno eléctrico que recicla chatarra para recuperar el acero.
En tanto, en el marco de la feria Batev (del 28/6 al 1/7 en La Rural) las empresas expositoras están adelantando lanzamiento de productos.
Fuente: Clarín