Obras y Proyectos
Macri inauguró las obras del paseo del bajo
ARGENTINA.- Fue el arranque de una de las obras más importantes de la Ciudad en las últimas décadas, y de paso una foto de peso con miras a la campaña electoral. El presidente Mauricio Macri se rodeó del jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y la gobernadora María Eugenia Vidal para dar inicio a la construcción del Paseo del Bajo, la autopista subterránea y el parque lineal que mejorarán la conexión entre La Boca y Retiro, frente a Puerto Madero. Aunque el Presidente avisó que las obras complicarán la circulación, los cortes de tránsito recién comenzarán el mes que viene.
“Va a ser un lío tremendo la Ciudad en estos dos años y medio, pero pasa mucho más rápido de lo que uno imagina. Cuando termine nos cambiará la vida a todos”, aseguró Macri.
Hasta mediados de 2019 la zona de Puerto Madero sufrirá restricciones al tránsito. Por lo pronto, eliminarán todos los estacionamientos que hoy están en la franja entre Huergo/Madero y Alicia Moreau de Justo. También sacarán las canchas de fútbol y otras instalaciones que hay en esos terrenos, incluida una comisaría. Otra “víctima” será el Tranvía de Puerto Madero, que no funciona desde hace casi cinco años y será desmantelado.
Según informaron en la empresa estatal AUSA, que tiene a su cargo el proyecto, los cortes comenzarán "entre febrero y marzo" y por la zona de Retiro. Comenzarán por la calzada de avenida Castillo entre las calles 12 y 14, para hacer un paso bajo nivel ferroviario. También habrá restricciones en distintos tramos del carril derecho de Huergo/Madero mano norte, para remover unas instalaciones de gas.
A medida que la obra avance y sea necesario cortar las calles de atraviesan el playón, AUSA irá habilitando pasos provisorios para conectar el Bajo con Puerto Madero.
Una vez terminada, la obra obligará a modificar la circulación de calles aledañas. Por ejemplo, los cruces que hoy tiene Puerto Madero desde Moreau de Justo hacia Huergo/Madero dejarán de ser doble mano y funcionarán en pares, uno por sentido (por ejemplo Estados Unidos e Independencia).
Más allá de las dificultades para la circulación, lo cierto es que el Paseo del Bajo viene a saldar una vieja deuda de toda el área metropolitana: completar el anillo de circunvalación de la Capital Federal. Hoy el tránsito puede rodear la ciudad por la General Paz y la avenida 27 de Febrero, que bordea al Riachuelo, pero falta la conexión entre el sur y la autopista Illia, en Retiro.
El primer paso de la obra será construir la Autopista Ribereña, que estará en trinchera. Los camiones y micros que vengan desde las autopistas 25 de Mayo y Buenos Aires-La Plata tendrán bajadas hacia un túnel que comenzará a la altura de Carlos Calvo. Desde allí circularán bajo tierra,
en un espacio de 52 metros de ancho con dos carriles por mano, y a una velocidad máxima de 60 km/h.
Al llegar a la altura de Retiro, los vehículos tendrán una salida hacia la terminal de micros y otra para el puerto, o podrán continuar para tomar la Illia, luego la avenida Cantillo y llegar hasta la General Paz.
La vía rápida admitirá sólo al tránsito pesado, que significa unos 10.000 camiones y micros diarios. Desde el sur hasta la Perón tendrá espacios a cielo abierto, pero luego quedará soterrada y tendrán un pequeño desvío para no pasar por debajo del edificio Guardacostas, el ITBA y el Luna Park.
Los autos particulares circularán por la calle, aunque tendrán más espacio. Alicia Moreau de Justo tendrá sus cuatro carriles con sentido a Retiro, los dos de la derecha para la circulación común y los dos de la izquierda para el tránsito pasante. En sentido hacia el sur, los autos usarán cuatro carriles en Madero/Huergo.
El otro gran cambio urbanístico es que sobre la trinchera de la autopista se abrirán las calles que hoy están cortadas por el playón ferroviario, y en los espacios libres montarán un parque lineal que sumará 60.000 metros cuadrados verdes a la Ciudad, el equivalente a dos veces la superficie del parque Lezama.
Ese Paseo del Bajo tendrá también ciclovías, mobiliario urbano y espacios recreativos. Además de eliminar el ruido y la contaminación, permitirá integrar mejor la zona del Bajo con Puerto Madero y la Costanera. También tendrá un impacto inmobiliario: se espera que las propiedades que hoy quedan entre el Bajo y Huergo/Madero aumenten su cotización, porque en vez de estar soportar a los camiones y micros tendrán a su lado a un parque.
La obra costará US$ 650 millones y tendrá tres fuentes de financiamiento. El más importante, un crédito de la Corporación Andina de Fomento por US$ 400 millones. El resto saldrá de la venta de terrenos ferroviarios en Catalinas Norte, donde se autorizará la construcción de torres, y de la última manzana libre de Puerto Madero, donde ya quedó habilitada por ley la edificación en altura.