Obras y Proyectos
Tendencias: Las “minicasas” un furor que crece y que ayuda al medio ambiente
MUNDO.- Tras una tragedia, se desató el furor. Luego del huracán Katrina, en 2005, en Estados Unidos
comenzaron a buscarle una alternativa de vivienda a una zona de desastre. Así,
se popularizó el fenómeno de las “minicasas”, con las denominadas Cabañas
Katrina, que no superaban los 28,6 metros cuadrados. Grupo Edisur te cuenta de
qué se trata este fenómeno que empezó a extenderse hasta instalarse entre los
ciudadanos –principalmente estadounidenses– y múltiples desarrolladores
inmobiliarios.
Se trata de un movimiento
arquitectónico y social que pugna por vivir en hogares de no más de 50 metros
cuadrados. Y aunque su principal característica es la reducida cantidad de
espacio que ocupan y los escasos materiales que se emplean para su construcción,
las también denominadas microviviendas ofrecen ventajas, a priori, impensadas.
Estas casas diminutas encierran beneficios que no siempre están a la
vista, como por ejemplo:
1) Económicas. Si lo que se
pretende es ahorrar, una buena opción son las minicasas. Es que, al no requerir
de grandes estructuras para su edificación, su costo es infinitamente menor que
el de una casa tradicional. Lo mismo sucede con el mantenimiento y reparación,
porque con pocos recursos se logra arreglar toda la estructura. Además, los gastos
fijos e impuestos se reducen drásticamente.
2) Independientes. Son la mejor
alternativa para los que buscan una sensación de libertad. Cómodas y
multifuncionales, estas casas no quedan atadas a un solo lugar. La mayoría son
transportables e, incluso, están construidas con ruedas, por lo que se
transforman en una especie de casas rodantes.
3) Ahorro energético. Al utilizar
materiales aislantes, tanto para la calefacción como con los métodos de
refrigeración, se logra un importante ahorro económico. Usan menos luz.
4) Sustentables. Se construyen
con materiales reciclados y, por eso, son amigables con el medio ambiente. Al
no insumir grandes cantidades energéticas, se tornan favorables a la
naturaleza.
5) Creativas. No por pequeñas
deben ser poco atractivas. El ingenio se hace presente cuando se dispone de
pocos recursos, y entonces se combinan elementos modernos y creativos. En estas
microviviendas se utilizan camas que se pueden esconder entre las paredes, los
cajones se convierten en grandes cuevas, se imponen las mesas plegables y todos
los espacios polifuncionales que, siempre, cuidan cada detalle al máximo.
Historia
Una de las pioneras de este
movimiento es la escritora británica Sarah Suzanka, quien con su libro The Not
So Big House, publicado en 1997, comenzó a difundir la tendencia de las casas
de espacios reducidos. Esta arquitecta fue una de las primeras defensoras de
una vida que, asegura, pretende achicar la casa para agigantar el bienestar.