Mundo
Los insólitos rascacielos ‘horizontales’ que impactan al mundo
ARGENTINA.- Chongqing, la ciudad más grande de suroeste de China, batirá el récord mundial con el mayor rascacielos horizontal: una estructura de 300 metros de longitud dispuestos sobre 250 metros de altura. El proyecto encabezado por el arquitecto Moshe Safdie se basa en una disposición horizontal del espacio, nada habitual en los rascacielos, pero que comienza a ser una corriente importante dentro de la arquitectura para dar respuesta a los problemas de superpoblación de las grandes urbes del siglo XXI.
Esta gran metrópoli china, con más de 30 millones de habitantes, es todo un referente de la horizontalidad: cuenta con puentes peatonales aéreos que conectan rascacielos, trenes que atraviesan edificios, carreteras por encima de bloques de viviendas… Se trata de una tendencia por redistribuir el espacio urbano vertical que está cobrando cada vez más protagonismo.
Asia y sus gigantes horizontalesChina está viviendo un desarrollo tecnológico y urbanístico sin precedentes, del que quiere dejar constancia a golpe de proyectos arquitectónicos de renombre. La Raffles City de Chongqing es buen ejemplo de ello, puesto que se convertirá en la construcción de cristal más alta y ancha del globo. El gigantesco complejo, de 134.000 metros cuadrados y que ya está en fase de construcción, contará con ocho rascacielos verticales y uno horizontal: cuatro de los verticales servirán de base de apoyo a una estructura de cristal de 300 metros de longitud que se extenderá por encima de su piso 42, a 250 metros de altura.
El coloso de acero y cristal estará interconectado no solo por el suelo, sino también gracias al rascacielo horizontal que atraviesa 6 de los 8 edificios de la Raffles City. Contará con viviendas, tiendas, oficinas, establecimientos de ocio, medios de transporte y un parque público en la zona horizontal. "En estas densas ciudades como Chongqing no hay espacio para grandes parques públicos (en el suelo), así que tenemos que levantarlos hacia el cielo", explica Moshe Safdie, que describe el proyecto como el más complejo de su carrera.
Safdie dice que la actual ola de desarrollo en Asia refleja una nueva tendencia creciente en la planificación urbana: desarrolladas ya verticalmente, las ciudades llenas de rascacielos están comenzando a ampliarse horizontalmente por el aire. En lugar de pensar en las urbes como espacios bidimensionales, unidos por la tierra, los arquitectos están comenzando a cambiar el chip, comprendiendo el espacio de forma tridimensional, con espacios que conectan unos edificios con otros.
Chongqing es una ciudad referente en esta nueva concepción urbanística con numerosos paseos peatonales, carreteras, vías de tren y teleféricos que cruzan la ciudad literalmente por el aire, atravesando edificios si hace falta.
Otras ciudades asiáticas siguen esquemas parecidos, como Singapur, que cuenta con quizás el rascacielos horizontal más icónico del momento, el Marina Bay Sands. Este conjunto hotelero, también diseñado por el estudio de Safdie, sigue un modelo similar al Raffles City, con una enorme estructura horizontal situada sobre tres torres de 68 metros, a modo de terraza abierta.
Ciudades como Hong Kong y Bangkok también cuentan con pasarelas y puentes aéreos públicos que conectan caminos, edificios y estaciones de transporte. Aunque empezaron estando situados cerca del nivel del suelo, a medida que los rascacielos cogen altura los pasos interconectados se van elevando también. En 2009, el Linked Hybrid de Pekín, un complejo residencial de varias torres conectadas por puentes aéreos, recibió varios premios por su apuesta por la sostenibilidad.
Rusia y el resurgir de los pasos aéreos
A comienzos del siglo XX, mientras que las grandes metrópolis estadounidenses estaban sumergidas en la carrera por alcanzar el cielo con sus rascacielos, en otra gran potencia del mundo, la Unión Soviética, el artista y arquitecto El Lisitski ideaba rascacielos que conquistaban los espacios aéreos de forma horizontal.
El artista soviético diseñó los primeros rascacielos que buscaban utilizar el espacio a lo ancho para aprovechar mejor el hueco aéreo de las grandes ciudades rusas y así poder alojar al máximo número de personas.
El arquitecto vanguardista diseñó a principios de la década de 1920 un proyecto conceptual para Moscú titulado Wolkenbügel (‘el apoyanubes’), que consistía en unos edificios horizontales recostados sobre una torre central, como suspendidos en el aire.
Hoy el estudio de arquitectura Herzog & de Meuron está inmerso en un proyecto que busca de alguna manera recuperar un poco de aquella vanguardia en la capital rusa: dos bloques de apartamentos levantados sobre pilares a 75 metros de altura.
Se trata de “un pedazo de ciudad levantado en el aire”, como los propios arquitectos suizos lo han bautizado, situado junto a una hermosa fábrica de cerveza del siglo XIX. Debajo de los enormes pilares que sujetarán los apartamentos se ubicará un amplio parque público, como apuesta por una reorganización del espacio urbano, donde los edificios se desliguen del suelo para ganar terreno verde y público para la ciudadanía.
Ciudades conectadas por las alturas
Cuando hablamos de rascacielos horizontales no estamos hablando de proyectos aislados y grandilocuentes, sino de una tendencia por la que el urbanismo parece estar apostando.
Las conexiones a cielo abierto entre edificios podrían ser el futuro. Por ello, la firma alemana de ingeniería ThyssenKrupp presentó hace unos meses MULTI, un ascensor que se desplaza hacia arriba y hacia abajo, horizontalmente e incluso en diagonal. Parece moverse por arte de magia, así que ya se le ha apodado como Wonkavator, en honor al ascensor de Willy Wonka en ‘Charlie y la fábrica de chocolate’.
Este novedoso concepto tridimensional del espacio urbano está calando en muchas ciudades del mundo. Por ejemplo en Mineápolis (Minnesota, Estados Unidos), donde cuentan con el mayor entramado de pasarelas aéreas. Dieciocho kilómetros de caminos sobre el aire que conectan unos edificios con otros y que forman una red parecida a la del metro por todo el centro de la ciudad, solo que enfocada a peatones.
Gracias a esta nueva mentalidad, arquitectos y urbanistas están apostando por rascacielos, pasarelas y construcciones que faciliten la movilidad de forma horizontal por las alturas de las grandes ciudades. Una curiosa tendencia que sirve para dar respuesta a la superpoblación de las grandes urbes modernas, redistribuyendo el espacio público y ayudando a minimizar el impacto medioambiental del transporte terrestre.
Fuente: Idealista