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El “diseño del bienestar”, es la propuesta superadora de la arquitectura sustentable
El concepto de sustentabilidad en la arquitectura se limitó hasta ahora a temáticas ambientalistas, haciéndose particular hincapié sobre la eficiencia energética. Pero un nuevo discurso está redefiniendo el concepto en términos cada vez más amplios. Por ello, la industria de la construcción está logrando una visión más integral de lo que hace que un edificio sea sustentable y su foco en la eficiencia ahora incluye nuevos factores que afectan la salud y el bienestar de los habitantes. A causa de esta nueva visión, nació el concepto de “Diseño del Bienestar” (Wellness Design).
Un ejemplo ilustrativo de la necesidad del diseño del bienestar es el fenómeno conocido como "Síndrome del edificio enfermo", en el cual los habitantes del edificio experimentan una serie de síntomas inespecíficos consecuentes de la mala calidad del aire, los materiales de construcción tóxicos y otras causas no identificadas.
Una respuesta a esta problemática se halla en el Instituto Internacional del Bienestar, que ha definido los criterios para estandarizar y medir la salud relativa de los edificios: el uso de materiales que no emitan residuos químicos tóxicos o trazas de humos, la importancia de la luz natural, la conexión con el entorno y elementos sustentables como el vidrio de alto rendimiento. A partir de tales criterios, se enfatiza la calidad del aire y la luz, prefiriendo siempre la luz natural y, como alternativa, los sistemas de iluminación circadianos.
Un claro ejemplo sudamericano el Centro Empresarial Libertador, en Buenos Aires, que incluye un amplio espacio verde y proporciona una fuerte conexión visual con el entorno natural potenciada por el uso de materiales sustentables, como la madera. Asimismo, el Edificio Plaza San Martín crea una unión propia con el entorno natural a través de un patio que se extiende hasta el parque contiguo. Este lazo con el exterior se ve reforzado por un ambiente abierto y ventanales que permiten la entrada continua de luz natural. Su iluminación adicional es de tipo LED y el uso de vidrio aislante de alto rendimiento aumenta la eficiencia de la edificación, creando así un espacio interior más confortable.
Si bien la mayoría de los criterios del diseño del bienestar aún no se han implementado en su totalidad, muchos edificios comerciales ya cuentan con comodidades integrales para mejorar la salud y el bienestar. Por ejemplo, en los emprendimientos de gran escala, se incluyen servicios tales como gimnasios y espacios para reuniones; mientras que en los proyectos más pequeños, áreas de descanso, jardines y piezas artísticas.
El bienestar y el "Tercer Espacio"
Si bien los materiales juegan un papel crucial en el diseño del bienestar, la planificación espacial, en particular en los espacios de trabajo, tiene un impacto significativo en la salud y en el confort. En el diseño de oficinas, los planos tienden a presentar espacios abiertos y flexibles, rechazando la formalidad de las salas de conferencias tradicionales en favor de espacios adaptables en los que los empleados pueden trabajar, relajarse o socializar. Los criterios del diseño del bienestar avalan estos servicios y diseños alternativos, ya que brindan mayor flexibilidad a los empleados para elegir cómo trabajar. Pero, mientras que la flexibilidad es un tema de discusión frecuente, un concepto relevante y poco discutido es el "Tercer Espacio".
El Tercer Espacio representa las áreas intermedias -ni del trabajo o del hogar-, sino los espacios en donde uno puede descansar, reflexionar y reiniciarse para hacer una transición apacible de una situación a otra. El concepto, definido por el investigador y educador Dr. Adam Fraser, señala que el estilo de vida cotidiano en el mundo actual nos obliga a atravesar transiciones sin descanso. Pero, para realizar una transición serena, dejando atrás de inmediato las interacciones pasadas y enfocarse en la nueva tarea en cuestión, se debe tener un espacio físico para procesar y recuperarse mentalmente de las interacciones previas, un espacio en el que se pueda reflexionar y prepararse para avanzar. Y, si bien este proceso toma unos pocos minutos, es esencial que, en un mundo de distracción y conectividad completa y constante, los empleados tengan ese espacio para relajarse. De esta forma, la incorporación consciente del Tercer Espacio en el diseño de las oficinas puede brindar una ventaja competitiva significativa, tanto en los negocios como en la vida.
En el proyecto Centro Empresarial Libertador, por ejemplo, se busca crear un lobby como Tercer Espacio. Este proyecto presenta muchos elementos del diseño de bienestar, siendo la incorporación de espacios de descanso y socialización el componente más esencial. En el Edificio Plaza San Martín, los diversos espacios amplios proporcionan gran flexibilidad en su uso, mientras que los jardines se continúan con un patio interno en el que se encuentran bancos y objetos de arte. Tal diseño exhibe los elementos críticos del Tercer Espacio: es transitorio, un pasaje de un punto a otro, y un destino en el que se enfatiza la importancia de la comodidad y la flexibilidad para que uno pueda socializar, trabajar o tomarse un tiempo para hacer una transición consciente.
La ventaja corporativa de construir para el bienestar
Al presentar el diseño sustentable ante desarrolladores, el discurso dominante suele señalar una obligación con el medio ambiente y el ahorro de costos de energía como los principales puntos de venta. Pero el concepto de diseño de bienestar representa nuevas oportunidades para comercializar construcciones sustentables como inversiones valiosas.
El diseño de bienestar, por definición, beneficia a los ocupantes del edificio directamente con el objetivo de tener un efecto significativo en su calidad de vida. En el ámbito del diseño de oficinas corporativas, los estándares del diseño de bienestar abordan problemáticas de la salud y la comodidad de los empleados que, a su vez, tienen un impacto directo en su satisfacción y productividad.
Actualmente, este nuevo concepto parece ser la solución a las nuevas demandas en el diseño de espacios laborales que optan por espacios abiertos y flexibles por sobre los cubículos tradicionales.
Los diseñadores se encuentran en una posición privilegiada para capitalizar esta demanda a la vez que mejoran las vidas de quienes habitan sus edificios.