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Aseguran que la corrupción en América latina alimentó el boom inmobiliario de Miami
MUNDO.- A fines de 2011, una compañía
llamada Isaias 21 Property pagó casi tres millones de dólares en efectivo por
un condominio de Bal Harbour con vista al mar. Pero no estaba claro quién era
el verdadero propietario de la unidad de tres dormitorios en el recién
construido St. Regis, un rascacielos ultralujoso.
En los archivos públicos, Isaias 21 listaba su oficina central en un estudio legal de Miami Beach y a su gerente como Mateus 5 International Holdings, compañía offshore registrada en las islas Vírgenes británicas, paraíso fiscal donde los dueños de compañías no tienen que revelar sus nombres. Ahí terminaban las pistas. Hasta ahora.
Usaron el dinero sucio proveniente de actividades ilegales para comprar inmuebles
Los archivos filtrados de Mossak Fonseca
(MS) permiten echar un vistazo al interior del celosamente guardado mundo de
las propiedades de lujo del sur de la Florida y las fuerzas económicas globales que
están remodelando el perfil urbano de Miami. Y las actividades de MF dan prueba
de un argumento que por mucho tiempo expresaron analistas y autoridades: dinero
de personas vinculadas a la delincuencia en el extranjero está ayudando a
impulsar los rascacielos que están empujando los precios de la vivienda muy por
encima de lo que la mayoría de los vecinos locales pueden permitirse.
La filtración de documentos tiene lugar en
un momento en que el gobierno de Estados Unidos desata una campaña de medidas
enérgicas sin precedente contra el lavado de dinero en el mercado inmobiliario
de lujo de Miami. Sepultado en los más de 11 millones de documentos está un
registro que revela al verdadero propietario de Mateus 5: Paulo Octávio Alves
Pereira, urbanizador y político brasileño encausado por corrupción y soborno en
su país natal.
Un análisis de los documentos revela que 19
extranjeros habían creado compañías offshore y estaban comprando bienes raíces
en Miami. Ocho de ellos han sido acusados de soborno, corrupción, malversación,
evasión de impuestos u otros delitos en sus países de origen.
Eso es una gota en el océano del mercado
inmobiliario de lujo de Miami. Pero MF es una de muchas firmas que establecen
compañías offshore. Y expertos afirman que la falta de control de las
transacciones inmobiliarias en efectivo ha hecho de Miami un imán para el
dinero de procedencia cuestionable.
"La gente que quiere lavar dinero
sucio siempre va a tratar de penetrar el sistema en su punto más débil",
dijo Joe Kilmer, ex agente especial de la Administración para
el Control de Drogas (DEA). "Hay muchas propiedades comprándose y
vendiéndose en el sur de la
Florida. Es fácil esconderse a simple vista."
Un ejemplo es Alves Pereira, hijo de un
dentista, que hizo una fortuna tras construir centros comerciales y hoteles en
Brasil y casarse con la nieta de un ex presidente brasileño antes de lanzar su
propia carrera política.
A fines de 2010, Alves Pereira era
vicegobernador de Brasilia cuando la policía federal filmó a su jefe, el
gobernador, aceptando un grueso fajo de billetes. La fiscalía dijo que se
trataba de un soborno. Otros videos captaron a asociados suyos llenando sus
bolsillos, maletas y hasta sus medias con dinero en efectivo.
Cuando el gobernador José Roberto Arruda
fue arrestado a inicios del año siguiente, Alves lo reemplazó. Pero un
informante alegó que también aceptaba sobornos. El flamante gobernador no
aparecía en los videos y negó las alegaciones, pero renunció de todos modos. Su
mandato duró 12 días. Seis meses después, pidió a MF, que se ha visto implicada
recientemente en el escándalo de corrupción brasileña, que estableciera Mateus
5.
En Miami, compradores de extrema discreción
compran a menudo costosas viviendas a través de entidades legales opacas tales
como compañías offshore y fideicomisos.
Las compañías offshore son legales siempre
y cuando declaren sus activos y paguen sus impuestos. Pero el secreto que las
rodea hace que sea fácil y tentador violar las leyes.
El Departamento del Tesoro de Estados
Unidos está tan preocupado con respecto al lavado de dinero sucio a través de
propiedades del condado Miami-Dade que empezaron a seguir en marzo el tipo de
transacciones más vulnerables a la manipulación: compañías fachada que compren
viviendas por al menos un millón de dólares usando efectivo.
Las compras en efectivo fueron el 53% del
total de ventas de viviendas en Miami en 2015, más del doble del promedio
nacional, y 90% de las ventas de construcciones nuevas. "La posesión de
una propiedad bajo el nombre de una compañía fachada no es transparente",
dijo Jennifer Shasky Calvery, directora de la Red Policial de
Crímenes Financieros (FinCen), la agencia del Tesoro que está detrás de la
nueva política. "Puede haber razones legítimas para no ser transparente,
pero eso es también lo que los criminales quieren hacer."
La iniciativa temporal se aplica también a
Manhattan y expira en agosto. La misma requiere que los agentes de títulos de
propiedades inmobiliarias identifiquen a los verdaderos dueños o
"beneficiarios" detrás de las compañías fachada y revelen sus nombres
al gobierno federal. En Miami-Dade, esas reglas se aplican a las viviendas que
se vendan por un millón de dólares o más. En Manhattan, donde los inmuebles son
más caros y los compradores extranjeros acuden también en bandada, el umbral es
de tres millones.
Las autoridades federales conocerán a los
verdaderos compradores, pero no harán pública esa información. Expertos afirman
que esta campaña de medidas enérgicas podría ser la primera en una serie de
regulaciones más firmes sobre las compras en efectivo.
Fuente: El Nuevo Herald
La demanda del dinero latino
25%
Ventas a extranjeros
Miami es la ciudad que más les vende propiedades a compradores del exterior
7
Países de la regiónEstán entre los 10 primeros que invierten en Miami. Los tres primeros son Venezuela, Brasil y la Argentina
53%
Pago cash
Las compras en efectivo representaron esa cifra en el total de ventas de viviendas en Miami en 2015, más del doble del promedio nacional