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La construcción figura en un ranking de los mejores negocios para el 2018

14/01/2018 - La construcción figura en un ranking que se destaca entre la compraventa de autos, motos y electrodomésticos.

ARGENTINA.- La recuperación económica y las reformas en marcha modificarán el curso de varios mercados y negocios. “El impacto en los diferentes sectores de la reconfiguración macro y de esas reformas estructurales continuará signado por la heterogeneidad”, resumió Dante Sica, de la consultora Abeceb. Esa disparidad se refleja en los pronósticos. Analistas, economistas, empresarios y ejecutivos coinciden en que agroindustria, autos, construcción, motos y electrodomésticos, entre otros, se perfilan para brillar en 2018, incluso marcando récords. La contracara es el estancamiento o leve suba prevista para el consumo de productos básicos (1%), como alimentos y bebidas, una tendencia que llegó para quedarse.

Soledad Pérez Duhalde, gerente de Análisis Económico de Abeceb, señala que “el campo es uno de los motores que impulsará la economía”. Y sostiene que la reactivación de Brasil “traccionará las exportaciones y la producción automotriz de la Argentina, que venían extremadamente planchadas por la crisis”. Para la industria automotriz, la demanda brasileña es clave. “Cada punto del PBI representa el 10% de la producción local de autos”, grafica Pérez Duhalde. La economía del principal socio del Mercosur crecería este año entre 2,4 y 2,7%, según las proyecciones de consultoras privadas.

“La demanda de coches en Brasil, incluyendo los de la Argentina, se recuperaría en niveles que no se veían desde hace 4 años”, dice Marcelo Elizondo, director de DNI. Todo en un contexto de un crecimiento de la economía y el comercio mundial (entre 3,5 y 4%), lo que explicaría un alza en las exportaciones argentinas para este año del 5%, señala Elizondo, pero aclara: “No es un boom”. Esta buena noticia contrasta con un aumento de las importaciones argentinas, que crecerían 10% en 2018, como consecuencia de la mayor actividad en el país, que demanda insumos y bienes para mantener la producción.

El rojo comercial (la diferencia entre lo que la Argentina vende al exterior y lo que compra) es de US$8.550 millones y se ensancharía más este año por la reactivación fabril. “Los bienes de consumo (indumentaria, electrónicos, muebles, entre otros) representan apenas el 13% del total de importaciones”, dice Elizondo.

Las fábricas para funcionar requieren de insumos y máquinas que no se producen en el país. Según el Indec, el uso de la capacidad instalada en la industria ya roza el 70%, el más alto de los últimos dos años. El alza es liderada por sectores como la construcción, energía (desarrollo de Vaca Muerta) y la agroindustria. De hecho, la siderurgia lidera el ranking, con el 83,1% del potencial de las plantas en uso. Eso tiene vinculación con la mayor demanda de la construcción, maquinaria agrícola, el desarrollo energético y la producción de electrodomésticos. En el otro extremo es la industria automotriz, que usan apenas el 55% de su capacidad.

Muchos sectores están vinculados entre sí. Y la industria local recibe estímulos del exterior. En este sentido, Elizondo subraya que la mejora en la economía global y de Brasil en particular beneficia a los negocios vinculados con el comercio exterior, como el agro. “Hay cosecha récord para la temporada 2017/2018, por varios motivos, entre ellos la baja en las retenciones para la soja y una mejora relativa en el tipo de cambio”, indica.

Por último, Elizondo destaca la reactivación de la construcción y la venta de propiedades, con un vuelco progresivo de la obra pública (“un amesetamiento") a las obras privadas. El principal estímulo es el boom de los créditos hipotecarios, cuyos efectos son retardados. “La construcción es una de las estrellitas. La actividad aumentó 12,8% el año pasado y proyectamos 9,1% para 2018”, dice Pérez Duhalde. Y añade que la venta de cemento y asfalto están en sus máximos históricos: “Es récord”.

El consumo en general, que representa el 70% de la economía en su conjunto, es un indicador clave para los analistas. En 2017, las consultoras indican que las ventas totales (autos, alimentos, propiedades, electrodomésticos y ropa, todo junto) crecieron 3% y proyectan un alza de entre 3 y 4% para este año. Fausto Spotorno, de Orlando Ferreres y Asociados, sostiene que hay una reconfiguración en la estructura de consumo. “Hace pocos años, la compra de una TV se financiaba en 50 cuotas, un plazo más lógico para adquirir bienes de otro valor, como un auto”, dice.

El entendido alude a las distorsiones producidas durante el kirchnerismo, entre ellas el cepo cambiario, las restricciones para importar y la alta inflación: “Había poco ahorro y gran parte de los ingresos se destinaba al consumo de ropa, electrodomésticos y gaseosas: todo estaba exacerbado”.

Spotorno entiende que en el actual contexto, el sistema financiero ofrece tasas de interés positivas, una alternativa al gasto inmediato. Desde otro costado, interpreta que la mayor oferta del crédito impulsó la demanda de vehículos, que el año pasado superó las 900.000 unidades y los concesionarios se ilusionan incluso con la posibilidad de alcanzar el récord de un millón en 2018. “Antes había financiación para la compra de autos, pero no para todos”, dijo el economista.

El consumo de artículos masivos (alimentos, bebidas, tocador y limpieza) tiene pronóstico reservado. Tras caer abruptamente 4% en 2016, la venta de productos básicos cayó levemente en 2017 y las proyecciones indican una muy suave recuperación este año. “En 2018 esperamos un crecimiento muy leve, en torno al 1%, lo cual es la nueva norma”, introduce Juan Manuel Primbas, director de Kantar Worldpanel. Este experto remarca que hay dos realidades, según el lugar de la pirámide social: “En los hogares de mayores recursos, hay otras prioridades y se fijan otros gastos, como bienes durables”. En el otro extremo, “hay una pérdida del poder adquisitivo por la inflación, cambio en las jubilaciones y ajustes en las tarifas del transporte”, sentencia.

Facundo Aragón, de Nielsen, también proyecta un año de estancamiento o una suba moderada del 2%. “Todo atado a variables que pueden impactar en los niveles de consumo, como quita de subsidios”, dice. Los especialistas creen que el ADN cambió, que la conducta de las personas frente a las góndolas ya no tiene retroceso y que esto ocurre a nivel mundial.

“En términos generales, la gente gasta menos y el que tiene un excedente no se vuelca al consumo masivo sino que lo destina a viajes, autos o electrodomésticos”, dice Aragón. Y añade que la recesión y el ajuste en el bolsillo dejó aprendizajes: “El que hizo recortes le resulta difícil volver a comprar. Y la plata que sobra se utiliza para otras cosas”. Spotorno coincide: “Hay un vuelco de los bienes masivos a los durables y se reestructuró la distribución del consumo a lo largo del año”, sentencia.

A pedido del Económico,empresarios, analistas sectoriales y altos ejecutivos identificaron cuáles son los negocios y mercados que mejor se perfilan para 2018, entre ellos agroindustria, autos, motos, construcción, electrodomésticos y el auge de los pagos electrónicos instantáneos.



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