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Temor por la quiebra de empresas de la construcción por el parate en la obra pública
La asunción del presidente de Javier Milei al Gobierno está provocando un cierre récord de empresas. Además, se estima que las desvinculaciones y las suspensiones en el sector ya superaron las 100.000 sigan adelante.
“La construcción es sólo el inicio de lo que le sucederá a la economía productiva del país”, se alarmó el dueño de una fábrica de productos de primera necesidad, que empezó a ver en sus ventas que el modelo les afectará a todos los rubros por igual.
Fuentes empresarias vinculadas a la Cámara Argentina de la Construcción confirmaron que varias firmas están “a un paso de entrar en un proceso preventivo de crisis”, con la actividad paralizada y deudas millonarias con el Estado.
Según el dueño de una de las constructoras más importantes del país, “las empresas están con cero de actividad, manteniendo los salarios del personal más básico para seguir con el negocio, pagando impuestos, pero sin perspectivas de reactivación”. Empresarios avizoran una “masiva quiebra” de empresas, que no sólo se quedaron sin obra pública, sino que las propuestas de inversores privados son nulas. “Hay alguna idea, pero no alcanza para justificar la continuidad de las empresas”, reconoció a un integrante de la Comisión Directiva de Camarco.
El presidente Milei había manifestado hace unos días que está "orgulloso" de haber eliminado la obra pública "ya que son focos de corrupción y robo"
La construcción, a un paso de la quiebra
“Lo que se viene es una masiva presentación a concurso de acreedores”, confesó uno de los líderes de la Construcción según el periodista Ariel Maciel en Perfil.com. El motivo es la frondosa deuda que el Estado tiene con las empresas que desarrollaron obra pública durante el 2023 e, incluso, antes y que no fueron canceladas. El atraso de los pagos fue moneda corriente en el sector, aunque durante la gestión de Martín Guzmán al frente del Ministerio de Economía, las constructoras habían pasado por su “época de gloria”, ya que tenían casi al día la cuenta estatal.
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Ya con Sergio Massa en el Palacio de Hacienda, los pagos volvieron a atrasarse, y las empresas a tener un déficit financiero, que se agravó con la crisis inflacionaria del país. “Aunque los pagos salían”, aclararon desde el sector. Pero la llegada del ajuste fiscal golpeó, inicialmente, a la obra pública. Solo un puñado de proyectos se mantuvo activo, aunque los fondos nunca estuvieron disponibles, según registraron en la Cámara de la Construcción.
Según se pudo saber, el presidente Milei ratificó la decisión del ministro Luis Caputo: “No hay plata para pagar obra pública”. Ni actual, pero tampoco la pasada. “En su momento, las empresas hicieron la inversión de capital para hacer una obra, pagaron impuestos y salarios, pero la plata nunca llegó y, por lo que nos dicen, nunca llegará”, se alarmó uno de los empresarios consultados. La preocupación la llevó a Balcarce 50 el presidente de Camarco, Gustavo Weiss, pero sus pedidos fueron desoídos por la administración central.
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Sectores distintos, destino unificado
La paralización de la obra pública fue acompañada por un congelamiento de la obra privada. Sucede que el mismo efecto que ejerció el ajuste fiscal sobre el gasto público en infraestructura, lo equiparó la licuadora de ingresos sobre los sectores medios que generó el plan económico de Milei y Caputo. Las construcciones, reformas y ampliaciones en casas particulares o en desarrolladores urbanos se frenaron con la caída del poder adquisitivo de los trabajadores y empresarios pymes. Eso provocó que las constructoras pymes también se quedaran sin ingresos.
El comportamiento de la Construcción suele ser indicador de los tiempos económicos. Cuando se paraliza, anticipa una fuerte recesión. Cuando se recupera, es la primera en traccionar el empleo y, a la vez, el consumo. Las pérdidas de puestos de trabajo en el rubro de los albañiles son consideradas por empresarios industriales y comerciantes como la “primera explicación de la caída de las ventas”. “Hay 100.000 empleos menos en la construcción, se van a superar los 120.000 en el Estado y sólo las pymes industriales se desprenderán, en el corto tiempo, de 150.000 trabajadores, por el cierre de fábricas”, anticipó el presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato.
Según el INDEC, la actividad económica cayó 4,3% interanual en enero y 1,2% con respecto a diciembre de 2023 en la medición desestacionalizada. La principal ancla fue la Construcción, con una caída del 16,9%, comparado con el mismo mes del 2023. Pero, muy cerca se ubicaron la industria manufacturera (-11,3%) y Comercio mayorista, minorista y reparaciones (-8,2%), que aportaron 2,7 puntos porcentuales a la caída interanual del EMAE.
“Está claro que somos los próximos en tocar fondo. A menos que la famosa recuperación en V, de la que habla el Presidente, sea urgente y se apoye con medidas en favor de la producción nacional, todo parece indicar que la suerte está echada”, se resignó el dueño de una fábrica bonaerense, que reporta en la Unión Industrial Argentina (UIA). El clima en el círculo rojo productivista se enrareció: de respaldar las reformas de Milei, pasó a ver un futuro “con más libertad empresaria, pero con menos empresas”.