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Sodimac en estado de incertidumbre: podría dejar el país
ARGENTINA.- Falabella enfrenta una inesperada complicación de sus operaciones en la Argentina. Una de sus tiendas Sodimac en el país se encuentra en estado de "incertidumbre" debido a la crisis del empresario inmobiliario Carlos de Narváez.
El empresario Carlos de Narváez somentió a su empresa contructora Ribera Desarrollos SA a concurso de acreedores, al no poder hacer frente a sus obligaciones financieras en medio de la construcción de un megaproyecto en Buenos Aires.
A través de esta sociedad, Narváez es arrendador de una tienda Sodimac en Argentina. "Existe incertidumbre respecto a los términos bajo los cuales continuaría o sería terminado el contrato en cuestión", consignan desde la empresa de retail, según publica Diario Financiero de Chile, país de origen de la cadena Falabella.
Concurso preventivo
El pasado 18 de febrero, el juzgado en lo Comercial 12 de la Ciudad de Buenos Aires declaró abierto el concurso preventivo de Ribera Desarrollos S.A., la empresa de Carlos de Narváez encargada de desarrollar el megaproyecto inmobiliario Al Río, en Vicente López.
Según consta en la cédula judicial, y a la que tuvo acceso iProfesional, "quienes digan ostentar la calidad de acreedores" podrán presentar a la sindicatura los títulos justificativos de sus créditos hasta el día 11 de junio.
La iniciativa de Ribera Desarrollos de solicitar el concurso de acreedores se dio ante la imposibilidad de cumplir sus obligaciones financieras.
Propiedad de Carlos de Narváez, hermano del empresario y ex diputado nacional Francisco De Narváez, la empresa solicitó ante la justicia la apertura del proceso concursal para reestructurar una deuda que va de los u$s90 millones a los u$s200 millones y que asegura no poder hacer frente.
Tal como anticipó iProfesional, entre los acreedores figuran casi todos los bancos más importantes de la City porteña, además de varias empresas, proveedores, inversores y propietarios de dos torres que la empresa vendió pero que no construyó nunca. Por caso, los bancos Patagonia, HSBC e Hipotecario, que fueron inversores del emprendimiento Al Río.
También la distribuidora energética Edenor, propiedad del empresario Marcelo Mindlin, quien le pagó u$s50 millones a De Narváez para la construcción de un edificio en el emprendimiento que nunca se concretó.
Según fuentes cercanas al proceso, la deuda supera los u$s200 millones, de los cuales u$s90 millones fueron aportados por los bancos; otros u$s50 millones a Mindlin y una importante suma en cheques rechazados, además de u$s15 millones adicionales con la sociedad de bolsa del Grupo Cohen.