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La Cámara Argentina de la Construcción pidió que el Gobierno declare la emergencia sectorial
ARGENTINA.- La situación económica en el sector se resintió y promete seguir muy fría por varios meses más, según las perspectivas que elaboran los referentes del sector. Parte de esto se advirtió en la quinta edición de la Jornada de la Cámara de la Construcción que se realizó hace unos días en Córdoba.
Según investigó el periodista José Busaniche para Perfil.com, las autoridades de la filial local de la entidad reiteraron el pedido de que se declare la emergencia económica del sector, con la expectativa de discutir algunas medidas para aplacar la caída que constatan.
Entre otros frentes abiertos, los empresarios remarcan que las obras que hoy están certificando y ejecutando quedaron atadas a un marco de precios que corresponde a fines del año pasado o, en el mejor de los casos, a abril de este año.
“Se llegó a una situación muy difícil porque la actualización de muchas obras no está reflejando ni de cerca el aumento de los costos y los pagos vienen con mucha demora. Eso hace muy dificultoso seguir adelante con muchos contratos. Lo hemos planteado a las autoridades del Gobierno, tanto de la Provincia como de la Municipalidad, hemos solicitado una declaración de emergencia sectorial para que permita abrir un paraguas de revisión extraordinaria de los contratos”, apunta Marcos Barembaum, presidente de la delegación Córdoba de la Cámara Argentina de la Construcción.
Según los empresarios, permitiría sentarse a discutir algunas salidas para enfrentar el nuevo cuadro de costos y la caída de la actividad. Entre otras acciones se piensa en medidas como la revisión de contratos, el diferimiento de algunas obras, la reprogramación de plazos de pago y de trabajos o no ejecutar ítems comprometidos.
“Lo que buscamos es que los que gestionan la obra pública tengan convencimiento de que este es un problema serio que si no se resuelve muchas obras van a colapsar”, dicen desde la Cámara.
Aunque el diferimiento de una obra puede sonar contraproducente para la salud de la actividad, las empresas hablan de que hoy encaran contratos a pérdida y, por ello, un diferimiento en los trabajos puede ayudar a sanear las finanzas hasta que se estabilicen los costos. Mientras tanto, un efecto colateral que no se pudo evitar es el de los despidos. Al menos por goteo, muchas empresas empezaron a despedir personal.