Heller: "El crédito hipotecario UVA es un riesgo potencial"

BUENOS AIRES.- Carlos Heller, ex diputado kirchnerista y actual líder del Partido Solidario, es el presidente del Banco Credicoop que, a su vez, se ubica como uno de los principales bancos en términos de depósitos por encima de entidades públicas y privadas muy importantes.

Y al momento de hablar sobre los créditos hipotecarios UVA, ajustados por inflación, su opinión no es la más favorable. En declaracionea a Noticias, el bancario volvió a hacer un llamado a entender cómo funcionan estos préstamos indexados.

¿Cómo ve la economía?

Carlos Heller: Alguna vez dije que esta política económica terminaba en 2001. Inmediatamente aclaré que eso no quiere decir que (Mauricio) Macri se iba a ir en helicóptero, sino que las consecuencias de una política de apertura de la economía en un mundo con una globalización de las características que hay, o de restricciones del mercado interno, altas tasas de interés, endeudamiento, serán las mismas que las de Martínez de Hoz o Cavallo.

¿Identifica alguna medida económica positiva del Gobierno?

Heller: Tendría que pensar mucho (risas)… es probable encontrar medidas bien tomadas, pero los rasgos fundamentales no son buenos.

Ahora que dejó su banca, ¿cómo sigue usted?

Heller: Igual que antes.

¿Y su partido?

Heller: Nació para participar de las elecciones de la ciudad de Buenos Aires contra Macri en 2007. Después visualizamos la idea de construir un partido nacional. Hoy tenemos personerías en los diez distritos de mayor población y en otros siete estamos en construcción. ¿Por qué creamos el partido? Se sustenta en las ideas de la cooperación, parte de nuestra creencia de que el capitalismo así como está globalizado no puede resolver los problemas de la humanidad. Estamos convencidos de que no es cierto que la eficiencia está ligada exclusivamente al objetivo del máximo lucro posible. Nuestro ejemplo es el que lo avala concretamente. En todas las adversidades que hemos tenido que enfrentar construímos una cooperativa que compite de igual a igual con los grandes bancos internacionales en calidad de los servicios, costos. Diferencio lucro de rentabilidad necesaria, porque no creo que no importa el resultado. Trabajamos con una cosa que hemos llamado Rentabilidad Mínima Necesaria. ¿Qué es la RMN? Lo que necesitamos obtener de resultado para cumplir con las regulaciones técnicas que el Banco Central exige en materia de capitales mínimos, lo que necesitamos para equiparnos tecnológicamente y poder pelearles a esas grandes organizaciones bancarias. Hacemos todos los años un libraco que se llama Balance Social Cooperativo, donde mostramos que si hubiéramos cobrado los precios promedio que los diez principales bancos privados del sistema cobran, hubiéramos duplicado el resultado que obtenemos.

¿Compiten con comisiones más bajas?

Heller: Sí, pero es producto del modelo de gestión. No estamos viendo cuánto es el máximo que podemos cobrar, sino cuánto es lo necesario que tenemos que cobrar. Esta diferencia es de filosofía pura. Este banco no tiene un accionista que está esperando la ganancia. Los que lo dirigen son los propios usuarios. Tenemos 266 sucursales. En cada una hay una comisión de asociados. ¿Qué son esos asociados? Usuarios de la cooperativa que nos ayudan a administrar la organización en el ámbito local. Tenemos 3.500 dirigentes ad honorem, que son pequeños empresarios, profesionales, jubilados, que tienen una vocación, los invitamos y participan. Vienen, se reúnen, discuten, tienen determinadas facultades para otorgar créditos para determinados montos, se encargan de que los edificios estén en regla, mantienen los vínculos con otras organizaciones de la comunidad, como cooperativas de otras ramas, entidades de la cultura, con todo lo que hay en cada pueblo. Esos 3.500 dirigentes están organizados en 23 zonas y cada zona elige dos o tres para un consejo de administración.

Hay dos temas en boga en la banca: el crédito hipotecario y la robotización…

Heller: Estamos haciendo lo que hacen todos porque forma parte de lo que dije: tenemos que competir de igual a igual. En créditos hipotecarios tenemos una política prudente porque creemos que este sistema del UVA encierra un riesgo potencial: tiene una gran facilidad de entrada, pero si la economía se mueve de determinada manera, se puede complicar para la gente. Es cierto que tiene un tope gatillo, que cuando pasa de cierto punto el desafase (respecto del incremento salarial), aumenta la cuota, pero podría convertirse en un crédito eterno. Pero hay una demanda creciente. En cuanto a la robotización, genera una contradicción brutal, ¿Quién puede estar en contra de los avances de la tecnología? Si somos todos consumidores viciosos de todo eso. La cuestión es cuando uno dice: ¿quiénes van a ser los consumidores en ese mundo donde los robots van a hacer todo?

¿Hay reducción de personal en la banca argentina?

Heller: Que yo sepa no. Nosotros seguimos abriendo sucursales…

¿Por qué siguen abriendo cuando cada vez se necesita ir menos a la sucursal?

Heller: No es así. Hay gente que opera desde la casa y se autocalifica un crédito. Pero hay una enorme cantidad de gente que quiere el sello en la boleta. Abrimos sucursales porque la competencia también lo hace. Y porque hay una enorme cantidad de gente que demanda atención personalizada.

¿Qué otras tendencias ve en el mundo de la banca?

Heller: La desregulación, con las fintech, me preocupa bastante. Me parece contradictorio con la política de controles de lavado. Si se desregula y yo presto en el bar de la esquina de mi casa, es mucho más barato, pero también se pierde posibilidad de seguimiento del origen de la plata con la que me fondeo.

¿Cómo es la relación del banco con las autoridades?

Heller: Nacimos en plena dictadura, el 19 de marzo de 1979. El 20 de marzo del 80 nos cayó una inspección integral con la clarísima intención de encontrar debilidades que justificaran la intervención. Cuarenta años después aquí estamos. He tenido relaciones con todos los presidentes del Banco Central. En general me llevé de una manera cordial y bien porque somos hípercumplidores de las normas.