Sábado 23
Noviembre
2024
7.2º C / H 75
BS AS

Actualidad

En sintonía con la transparencia, la Cámara de la Construcción busca comenzar una nueva era

22/10/2016 - Macri celebró la cita anual de Camarco como si fuera un miembro más. La vivienda, la obra pública y los próximos desafíos de la industria, en el centro de la agenda.

ARGENTINA.- Como no ocurría desde hace muchos años, la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) celebró el 11 de octubre su 64° Convención Anual y su 80° aniversario en un clima de optimismo y buenos augurios. Lo hizo junto a su hijo pródigo: un presidente de la Nación proveniente de una familia de constructores, como Mauricio Macri, acompañado por una camada de funcionarios renovada después de una década.

Habitué de larga data a este evento (como hijo, como empresario y como jefe de gobierno porteño, según recordó), el primer mandatario anunció en su discurso de cierre un “salto de transparencia” en la obra pública, luego de muchos años en que esta actividad económica pasó a ser, según señaló, un “sinónimo de cosas horribles como estafa, corrupción e incumplimiento; cuando tendría que ser sinónimo de esperanza, alegría y entusiasmo por la transformación positiva en la sociedad”.

Su alusión evocó la imagen de bolsos con dinero volando sobre tapias de conventos, pero muchos presentes interpretaron que incluía también críticas de reojo al sector privado por su actuación en la última década. Por caso, también un ex presidente de la Cámara, Gustavo Weiss, ya había denunciado con todas las letras que el Estado “corrompe” a los empresarios: mea culpa de un tono pocas veces escuchado en la Convención.

Era evidente que no había forma de eludir el tema. Quizás, por eso, la hora de los brindis, y expresando sin duda un sentimiento generalizado, varios importantes empresarios de la construcción indicaron que el hecho más relevante escuchado en la jornada había sido “la noticia de que los pliegos para todas las licitaciones van a estar disponibles en Internet “para que tengan estado público y cualquiera pueda revisarlos”. Lo definieron como el comienzo de las “reglas de juego claras”.

Cabe aclarar que recién dos días más tarde se conocieron los cuestionamientos a la adjudicación de la obra del soterramiento del ferrocarril Sarmiento, de modo que el tema ni siquiera fue mencionado.

Por lo pronto, el presidente finalizó su alocución con una promesa: “2017 va a ser el año en que, después de más de un lustro, la economía va a volver a crecer”. La cual fue recibida también con aplausos.

El que no quiso esperar hasta el año que viene para dar buenas noticias fue el ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Alfonso Prat Gay, quien anunció como si fuera un hecho comprobado que “en los últimos tres meses los salarios le ganaron a la inflación”. Si bien admitió que la construcción fue “el sector que más sufrió en los últimos 12 meses” (que abarcan los últimos tres del gobierno kirchnerista), agregó que esta tendencia “ya se está revirtiendo”.

Lo fundamentó con el dato de que la producción de cemento “rebotó” un 5% en el tercer trimestre frente al segundo, y que tanto el índice ConstruYa (que mide los despachos de materiales para la construcción) como las mediciones del Indec, van a mostrar “una recuperación después de cuatro trimestres de caída”. Además, destacó que la producción de asfalto creció 25% en agosto gracias a la recuperación de la obra pública”.

Con menos carisma y un discurso mucho más técnico que político, el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, respiró en paz ante su propia tropa después de las críticas que recibió por haber sido CEO de Shell y no haberse desprendido a tiempo de sus acciones en esa compañía. Sin aludir a esos hechos, anunció la obra del gasoducto del Noreste, “que llevará gas a casi 100 mil personas”, y la finalización de otros dos: el Regional Centro y el de la Costa.

Palos y un voto positivo

El rubro de la vivienda, en tanto, quedó a cargo del ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio, quien anticipó que la inversión pasará “del 2 al 6 por ciento del PBI en los próximos cuatro años”, y auguró que gracias a estas obras el déficit habitacional bajará de 3,5 millones de viviendas a 2,5 millones en 2019.

“Estamos licitando una obra por día de acceso al agua potable y de saneamiento, lo que permitirá que en los próximos cuatro años el 80 por ciento de la población argentina pueda contar con esos servicios”, recalcó Frigerio. El ministro también se mostró muy duro con el ciclo político anterior: “El populismo sólo se fija metas para la próxima elección”.




Compartí esta nota