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Según el Gobierno, la obra pública está en el nivel “necesario”

27/09/2016 - Gastó $ 21.000 millones en lo que va del año, con una fuerte aceleración en los últimos dos meses

ARGENTINA.- Consciente de que se trata de una pieza fundamental para poner en marcha la alicaída economía, el Gobierno aceleró a fondo. Por primera vez desde que Mauricio Macri llegó a la Casa Rosada, la administración nacional pudo desplegar todo el potencial de la obra pública. Si bien en lo que va del año ya invirtió más de 21.000 millones de pesos en distintos programas, recién en los últimos dos meses pudo superar el escollo que significó la herencia kirchnerista.

En la ejecución presupuestaria hasta el 16 de este mes, a la que accedió LA NACION, la Secretaría de Obras Públicas, que depende del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, lleva gastados $ 12.959.627. De ese total, la mitad se utilizó para la construcción o refacción de escuelas, hospitales y distintas obras de arquitectura. Unos 1300 millones fueron destinados a obras hídricas y los 5000 millones restantes pertenecen a acciones que desarrolló Agua y Saneamientos Argentinos (AYSA).

"Es una prioridad del Presidente. La obra pública ayuda a la recuperación del nivel de actividad y tiene impacto directo sobre el empleo. Además, la Argentina tiene un déficit de infraestructura enorme. Hoy estamos en un nivel de ejecución como el que necesitamos", destacó Frigerio.

Respecto de la construcción de viviendas, durante los primeros nueve meses de gestión el macrismo gastó 6442 millones de pesos en un total de 56.777 viviendas -que se encuentran en ejecución- en todo el país. Y la Subsecretaría de Hábitat, que lidera Marina Klemensiewicz, lleva invertidos casi $ 2000 millones. Esta dependencia, que no existía durante la anterior gestión, se encarga de generar obras básicas, como cloacas y acceso al agua potable en zonas marginales.

A diferencia de lo que ocurría durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, que centralizaron todo en el Ministerio de Planificación, al mando de Julio De Vido, Macri decidió separar la Secretaría de Obras Públicas y conformar las subsecretarías de Vivienda y Hábitat.

"El año pasado por el último año de Cristina Kirchner se gastó mucho, pero se hizo poco y nada. Nos encontramos con una gran incapacidad en la ejecución y mucha corrupción. Cuando asumimos, la obra pública estaba parada", describió el ministro del Interior, uno de los integrantes de la mesa política del jefe del Estado.

El escenario hizo que el plan de Macri se hiciera más lento. Los primeros meses estuvieron dedicados a ordenar y sanear los números del ministerio. "Había un descalabro muy grande. Tuvimos que reconstruir el Estado", dijo Frigerio.

Según explicó a LA NACION el secretario del Interior, Sebastián García de Luca, la primera etapa fue de ordenamiento. Cuando llegaron al ministerio se encontraron con que las obras estaban paralizadas y la deuda era de unos 9000 millones de pesos. "Cuando dicen que nosotros frenamos la obra pública, mienten", dijo De Luca, aunque destacó que la relación con los gobernadores es "muy buena".

Las provincias más beneficiadas con la obra pública en esta etapa fueron Buenos Aires, que recibió $ 6367 millones; la ciudad de Buenos Aires, con $ 1129 millones; Santiago del Estero, con $ 1082 millones; Formosa ($ 883 millones), y Chaco ($ 656 millones). La menos beneficiada fue La Pampa, con sólo $ 1.425.199.

En materia de vivienda, el reparto fue similar. El territorio bonaerense, que compone casi el 40% de la población, está al tope de la ejecución de viviendas: en total suma 8074. Le siguen Chaco (5715), Entre Ríos (4604) y Salta (3736). La Capital es en este caso el distrito menos favorecido, con 256 viviendas en obra.

"Estamos ejecutando obras que estaban definidas por el gobierno anterior, eso explica la falta de ecuanimidad en el reparto", explicó el secretario de Obras Públicas, Daniel Chaín.

El caso de Hábitat sirve para marcar diferencias con el pasado. Es que Klemensiewicz heredó la ex secretaría que durante un tiempo manejó el ex piquetero Luis D'Elía. Esa dependencia administraba $ 390 millones. Con la llegada del macrismo, se puso en valor y consiguió el financiamiento de organismos internacionales, como el BID, por US$ 500 millones.

"Vamos a terminar el año con convenios firmados por 20.000 millones de pesos, de los que estaremos ejecutando unos 7000. La decisión de Macri es volcar fondos nacionales para atacar la base piramidal de la marginalidad", adelantó Klemensiewicz.



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