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Las monjas, complicadas y acusadas de encubrimiento del caso López
ARGENTINA.- El fiscal federal Federico Delgado sostuvo ayer que las religiosas del monasterio Nuestra Señora de Fátima "colaboraron" con el ex secretario de Obras Públicas José López para "ocultar los rastros" de su enriquecimiento ilícito. Con este fundamento, pidió que una de ellas fuera citada a indagatoria y otra, revisada por médicos para determinar su "estado mental".
El 14 de junio pasado, de madrugada, López les tocó a la puerta cargando bolsos con casi nueve millones de dólares. Delgado afirmó ayer que Alba Día de España Martínez Fernández (la madre Alba) y Celia Inés Aparicio (la hermana Inés) no sólo lo esperaban: le abrieron las puertas de madrugada, lo ayudaron a entrar los bolsos, no se inmutaron a pesar de que él llevaba un arma, lo tuvieron dentro del monasterio una hora y media, y, cuando llegó la policía, "intentaron impedir su ingreso".
La hermana Inés es la religiosa que, vestida con un hábito, cargó los bolsos junto con López, según se ve en el video del monasterio difundido anteayer que está en poder de la Justicia. La madre Alba es la responsable del convento y quien, según el fiscal, acordó la visita de López.
En las horas previas a su llegada, ella habló varias veces con la mujer del ex funcionario, Ana Amalia Díaz. Delgado pidió ayer la indagatoria de Díaz, a quien acusó de haber intervenido en el "incremento patrimonial ilegal" de su marido. También solicitó las declaraciones como acusados del contador Andrés Galera y el empresario Eduardo Gutiérrez, supuestos testaferros de López.