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De Vido: De hombre importante en la obra pública a procesado por la tragedia de Once

12/05/2016 - Fue muchos años un hombre importante en la gestión de la obra pública kirchnerista. Su actualidad cambio y ahora es procesado por la tragedia de once.

ARGENTINA.- Hasta hace poco, era una pieza clave de la gestión anterior. El martes por la tarde fue procesado por el juez Claudio Bonadio por el delito de corrupción seguida de muerte por el descarrilamiento del tren en Once que causó 51 víctimas fatales. El magistrado además le aplicó un embargo por 600 millones de pesos. Amo y señor de la obra pública durante la era K, De Vido, porteño, de 65 años, dos veces casado y padre de cinco hijos, pertenece al acotado grupo de dirigentes que acompañó desde la hora cero el ascenso político de Néstor Kirchner, cuando éste se lanzó como candidato a intendente de la ciudad de Río Gallegos, en Santa Cruz.

De profesión arquitecto, alguna vez al frente de una fábrica de chocolates, De Vido no vivió el mejor de los mundos a partir de 1976, cuando los militares tomaron a sangre y fuego el control total de las acciones en el país.

Su pertenencia de entonces a la Juventud Trabajadora Peronista (la contracara de la ortodoxa Juventud Sindical Peronista), de notoria subordinación a Montoneros, determinó que aceptara sin reparos que la empresa constructora en la que trabajaba, dispusiera su traslado a la provincia de Santa Cruz: después de un primer tiempo en la localidad de San Julián, se radicó con su familia en Río Gallegos, donde en 1982 conocería a Néstor Kirchner, de quien se puso a disposición en forma casi inmediata.

Con Kirchner ya en la intendencia (1987), De Vido asumió la Dirección de Obras Públicas en el Instituto de Desarrollo Urbano y Vivienda (IDUV) y, en 1990, pasó a ser presidente de Vialidad Provincial. Luego, buscaría sin éxito convertirse en el sucesor de Néstor Kirchner en la intendencia, pero el ex presidente le escamoteó el apoyo para llegar a esa meta; una decisión que pareció lastimaría la relación, pero el frustrado candidato terminó por aceptarla.

Años después, con Kirchner al comando de la gobernación santacruceña, el arquitecto ocupó primero el Ministerio de Economía y Obras Públicas, aunque después fue ungido como ministro de Gobierno de la Provincia de Santa Cruz, un nombramiento que daba cuenta del crecimiento del arquitecto como operador político del kirchnermismo.

Jugado a la suerte de los K, su jefe político, al llegar a la Presidencia en 2003, lo designaría al frente del Ministerio de Planificación Federal. Desde allí manejó a voluntad la renegociación de los contratos con las empresas privatizadas, además de encargarse de la obra pública y de promovernuevos negocios en el área energética, por vía de la empresa estatal Enarsa.

También De Vido, que acompañó a Cristina Kirchner en sus dos períodos aunque con menor grado de acercamiento al que tenía con Nestor, acreditó una relación de primera mano con el presidente venezolano Hugo Chávez. Elisa Carrió lo acusaría en su momento de recaudación ilegal de fondos para la campaña presidencial de 2003.

También fue apuntado por estar estrechamente relacionado con empresas de Santa Cruz, en apariencia vinculadas con hechos de "sobrefacturación y sobreprecios" en obras públicas de esa provincia, adjudicadas mayoritariamente al empresario hoy encarcelado Lázaro Báez en lo que constituye la causa por la ruta del dinero K.

El exministro tenía otro apodo: "el cajero". Todas las decisiones de inversión pasaban por su cartera. Así es como se lo vincula a otros escándalos por desvíos de fondos y corrupción. Sólo por nombrar dos ejemplos, tanto en el caso Sueños Compartidos de Hebe de Bonafini como en el programa de viviendas de la Tupac Amaru de Milagro Sala tenían un mismo punto de contacto: Julio De Vido.

 


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